viernes, 11 de marzo de 2016

Ese Sócrates

Nuestro Demasiado... es producto de mi más largo viaje por la historia, nietos. Duró ocho años, alimentó a la familia y nadie lo conoce bien a bien, resumido en tres pequeños, indigestos volúmenes que terminaron en extrañas bibliotecas públicas. 
Me aparté entonces del camino principal tantas veces como el asombro demandaba a quien no tenía licencia para transitar tiempos y lugares que se reservan los amos de todo desde ese maléfico 1492, como da en llamarlo el Mero. 
Sólo sé que no sé nada, según la celebérrima frase, dije al principio y al final, mientras otros aseguraban entender de pe a p y así se volvían Colones, ellos sin justificación alguna y con muy mala voluntad. 
-He aquí las Indias -pontifican contemplando Santo Domingo o Mesoamérica o un filón al sur del fantasioso Nuevo Continente. 
Son nuevos, empobrecidos Aristóteles que dividen la tierra en dos: el Norte civilización pura y el Sur de riquezas infinitas donde toda inteligencia desfallece.