sábado, 7 de septiembre de 2019

Siglos entreverados

Este video es sublime y contiene un paneo igualable, me parece, con que Televisa inauguraba un nuevo, revolucionario equipo y recogía al poder concentrado en el monstruoso México celptocrático. Su escenario es el templo de la antes Profesa. 
Por cierto, ese domingo de 2012 el movimiento #yosoy132 convocó una marcha que en cierto punto festivamente procuró estropear la boda.  

Tiempo atrás me pregunté en otro cuaderno por los aromas de La Profesa y su director, Matías Monteagudo, en 1817. 
Ya no sé si el tipejo seguía siendo santo inquisidor novohispano y a cambio no hay duda que dirigía la conspiración cuyo buen fin nos habría regresado siete años después al poder de España, para entonces otra vez bajo una monarquía absoluta. 
Aquél enjuto ángel infernal estuvo en primer plano cuando Iturbide triunfó, moriría aquí y seguramente su mano no dejó de sentirse hasta entonces, 1841. 
Alquien que conozco escribió una novela en que quienes más perversos son se vuelven inmortales y controlan el mundo. Me recordaba así a las clases dominantes mexicanas, que mudan cada tanto y parecen transmitirse los secretos -no digo nada nuevo, para esta tierra o cualquier otra, ¿cierto?
¿Matías y quién, al extremo contrario temporal? ¿Carlos Salinas?
Como sea, me atraparon los olores aquellos, que venían de maderas, telas, incensarios, rematando en el propio inquisidor, cuyo cuerpo no parecía haber probado placeres carnales -aunque eso cuesto trabajo creerlo, pues abuso sexual y poder se dirían consustanciales-. Eran perfumes que debía perseguir a lo largo de siglos o milenios por cuatro continentes.
Nuestro Ibn Batutta está relacionado con la ruta de la seda, gran canal donde viajaron los artículos suntuarios y acabaría produciendo lo perseguido en este cuaderno que recoge pobrisimamente ocho años míos en paseo por el planeta premoderno.